Sexto día de
viaje, el cansancio acumulado debido a las largas distancias recorridas empieza
a hacer efecto pero solo nos quedaban dos días y medio para la vuelta a casa
así que había que exprimir al máximo el tiempo.
Con
antelación al viaje habíamos sopesado la posibilidad de ir a visitar otras
ciudades como Washington, capital del país. En bus son unas 4 horas y poco y
hay varias compañías que cubren el trayecto por un coste aproximado de 15
dólares. Estuvimos casi hasta el último día dudando en si realizar la excursión
de un día o bien quedarnos en NY viendo cosas. Finalmente caímos en la
tentación y decidimos ir a ver la capital.
El día empezó
muy pronto ya que queríamos estar en Washington a la hora de apertura de los
museos y monumentos a visitar. Prácticamente no dormimos ésa noche. El bus que
nos llevó desde NY estaba bien, tipo ALSA en España. A destacar el frio polar
que pasamos en el trayecto, verdaderamente insoportable. Recomendamos llevar
una chaqueta, pañuelo o lo que consideréis porque realmente es peor que un
avión transoceánico o como mínimo nuestro trayecto lo fue.
La salida
desde NY y llegada a la estación de bus-tren de Washington fue puntual. La
distancia respecto el eje turístico de la ciudad es corta, un agradable paseo a
primera hora del día.
Lo primero
que vimos fue el capitolio, es visitable y para ello hay que solicitar visita
online con antelación. Cuando compramos los billetes de bus miramos si habían
pases disponibles y se habían agotado. No obstante nos acercamos a preguntar a
las taquillas del Capitol visitor Center y para nuestra sorpresa nos
facilitaron unos pases para una visita que se iniciaba en ese mismo momento.
Desconocemos el motivo, imaginamos que al ser primera hora del día y haber
pocos visitantes tendrían plazas libres de última hora. La entrada es gratuita
para todos los visitantes. Al acceder a la visita te asignan un guía del que no
te puedes separar. Hacen mucho hincapié en el orden y control de los
visitantes, al fin y al cabo es el símbolo de gobierno de EEUU. La visita
incluye acceso a la cúpula tan característica, un par de salas que dan acceso a
la misma y acceso a la biblioteca (por un túnel que las comunica) que nos
sorprendió gratamente por su belleza
La visita
obviamente es en inglés y lo de obvio lo decimos por lo patriotas que resultan
las explicaciones y lo bélico del argumento en todos los comentarios del guía
que hacen de su lengua, historia y cultura la más importante. Es impactante ver
cómo se vive en ese estado de poder y alerta por el enemigo constante. Nos
gustó poder acceder al capitolio puesto que íbamos casi sin esperanza al no
tener entrada y es un elemento conocido por todos que hemos visto en miles de
películas como centro de poder del mundo moderno.
La visita
guiada tiene duración de unos 45min y que recomendamos a todo aquel que visite
la ciudad por primera vez.
El capitoleo
es un símbolo del pueblo estadounidense y es el inicio del eje que contiene las
principales atracciones turísticas de la ciudad.
Al finalizar
el capitoleo, por proximidad, fuimos a ver el Museo Nacional de aire y el
espacio. El acceso al mismo es gratuito
y está dedicado a la investigación de ciencia e historia aeronáutica así como
aviación y vuelos espaciales. El edificio consta de dos plantas llenas de salas
visitables así como un área de restauración para poder hacer una pequeña parada
a reponer fuerzas.
El museo
tiene salas que requieren una entrada específica de pago como es la de cine
IMAX. El horario de apertura es de 10 a 17:30h de lunes a domingo.
Seguidamente
realizamos el paseo del eje entre el coliseo y la estatua de Lincoln que dadas
las altas temperaturas de agosto y el sol de justicia se nos hizo literalmente
eterno. Si volviésemos a realizarlo miraríamos de ir hasta el final del paseo
con buses que lo realizan y solo haríamos la vuelta a pie ahorrándonos la ida.
Durante el
recorrido por la gran pradera del National Mall podemos ir viendo los
diferentes memoriales que hay en su longitud así como el famoso obelisco al que
se puede acceder previa reserva online. El precio aproximado es de 1.5$ y se
pueden reservar hasta 6 tickets por persona. Nosotros no accedimos por no tener
entrada aunque íbamos muy apretados de tiempo puesto que no esperábamos tardar
tanto en hacer el recorrido. La realidad es que resulta muy complicado no
pararse cada dos por tres para hacer fotos, cosa que alargó mucho el recorrido.
Y por último
llegamos al ansiado monumento a Lincoln tras subir el último tramo de escalones.
Desde allí se obtiene una de las postales más características de la ciudad con
el obelisco, capitolio y la piscina con su característico reflejo. El acceso es
gratuito y el paseo mereció la pena.
La vuelta a
la estación de bus la hicimos por la parte superior de la pradera acercándonos
a la casa blanca, otro de los puntos imprescindibles a visitar en la cuidad.